Los charlatanes
por Charles Bukowski
el muchacho me cruza el alma con
pies enfangados
habla de recitales, virtuosos, directores de orquesta,
las novelas menos conocidas de Dostoievski;
habla de cómo corrigió a una camarera,
una moza que no tenía idea de que la vinagreta
se compone de tal y cual;
parlotea sobre el Arte hasta que me hace
aborrecer el Arte,
y no hay nada más cabal
que regresar a un bar o al
hipódromo y verlos correr,
ver pasar las cosas sin tanto
clamoreo y cháchara,
charla, charla, charla,
la boquita que no para, los ojos venga a parpadear,
un muchacho, un crío, enfermo de tanto Arte,
aferrado a él como al delantal de una madre,
y me pregunto cuántas decenas de miles
como él hay en toda la tierra
en noches de lluvia
en mañanas soleadas
en tardes que deberían ser de paz
en auditorios
en cafés
en recitales de poesía venga
hablar, ensuciar, discutir.
es como cuando un cerdo se acuesta
con una buena mujer
y tú dejas
de desearla.
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