Cinta en el jardín
(2017)
por Eva Vaz
“Perder placer es triste”
Luis Cernuda
Perder placer es triste,
por eso están los bares
o las casas de putas:
placeres a manotazos,
como espantapájaros que aplauden.
Tú arañabas el placer dando lengüetazos
a los restos de coca de tus libros:
leías, los vi en la mesita, libros con marcapáginas.
Es cómico encontrar
El retrato de Dorian Gray
junto a la cama de una muerta.
Perder placer es triste,
por eso desayunabas martinis con vodka,
pero no había glamour en ello:
realmente era patético.
Ya vi a la muerte ejerciendo,
con disciplina,
merodeando bajo tus piernas hinchadas.
Esa puta se ceba con los alcohólicos,
hace trabajos cochambrosos.
Se complace con estas cosas.
Y te encontramos en el jardín,
emitiendo gemidos azules.
El cian de la muerte es ordinario.
Yo guardé tu ropa limpia,
aún caliente,
porque el vodka se comía tu hígado
a mordiscos
pero tú siempre ibas bien vestida.
El móvil aún estaba cargado:
¿una conversación sobre el cielo? ¿un whatssap?
Me gustaría saber cómo se muere:
tú ya tenías experiencia.
Perder placer es triste.
Encontré aquel bolsito de boda,
tan fino, con el menú de la fiesta.
Finalmente, todo guardado en orden,
parecía un triste trastero de la vida.
Cada cual debería elegir
cómo morirse,
y tú elegiste el vino.
“Dejad las rosas para los otros”.
Descansa, morirse de alcohol
debe de ser muy cansado.
Muy indecente.
El placer se fue a otro sitio
y nos dejaste tu cadáver
en el jardín,
delante de nuestros ojos.
Y un olor a lejía que tapaba,
como un féretro,
el olor de la muerte.
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