Variaciones sobre un tema apócrifo
(2007)
por Elena García de Paredes
Mientras Romeo arrasaba Verona con sus primos, castigando barras, trajinándose taberneras y ensartando jaraneros de poca monta en su espada, Julieta esperaba en su torreón. Confinada día y noche, Julieta suspiraba pálidamente, y para sobreponerse a tanta espera, leía libros prohibidos (Beauvoir, Rich, Firestone, Jardine...) que no debía leer una señorita, robados de la biblioteca de su padre por su fiel ama.
Romeo llegó al pie del torreón después de mucho tiempo y de todas las tabernas de Verona. Buscaba, ansioso, sin encontrarlas, la larguísima cabellera de su amada junto a la piedra, para poder subir a sus aposentos.
Julieta ya se había cortado el pelo. A lo garçon.
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