jueves, 17 de marzo de 2022

Pedro Juan Gutiérrez - Señal de peligro (1994)

Señal de peligro
por Pedro Juan Gutiérrez



Sería hermoso este poema
si fuera un puñado de niebla,
un puñado de almendras.
Uno de esos hermosos poemas bucólicos, lentos, vegetales,
atravesados por la fragancia del maíz,
por un chorro de agua, por un jarro de leche fresca.
Pero no es nada de eso.
Este poema no está escrito en el aire
ni en las estrellas ni en la noche.
Ni lo espera una mujer tierna, dulce y húmeda,
que me dará sus jugos cuando lo lea.
Nada de eso.
Este poema está arañado en el cemento de la ciudad paralizada,
Es corrosivo y se desgasta, se pierde en el ácido.
Este poema aúlla ahora mismo,
se desangra solitario a medianoche sobre La Habana.
La ciudad se cae a pedazos en silencio.
El hambre sobre el asfalto y la grasa.
Por mi corazón pasa el desespero de todos.
Este poema es un puñado de vidrios rotos
que aprieto
y me desangra las manos.
Este poema de mierda me levanta aullando de mi cama.
Me levanta rugiendo, desvelado, sin poder dormir, Dios mío.
Estoy cansado, confundido, con hambre, sin dinero.
Impotente a las doce de la noche,
con el horizonte en tinieblas.
Puedo lanzarlo todo por la borda. No sé.
Necesito dormir pero no puedo.
Este puñado de vidrios rotos me desangra las manos.
Estremecido por tantos ruidos, corroído,
ya presiento la guerra próxima.
¡Cuánta carga de odio cae a plomo sobre nosotros!
Y yo en la frontera,
en el mismo borde del precipicio.
Soltando mi elegía infernal, como una pantera la noche.
Deseando que Dios aparezca,
ya sin más remedio. Que aparezca.
Que dé una señal.
Que me lance un cabo
en medio de la tormenta y el naufragio.

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