Gigantes 5
por Rosa Lentini
No me llamo Alicia. No caí
por el tronco hueco de un árbol
siguiendo al conejo que llegaba tarde
a su cita con la reina de corazones
No atravesé el cristal
Las flores no me hablaron
Ninguna sonrisa dibujada predijo mi futuro
Pero cuando mordisqueé aquella seta
crecí crecí llené todo el espacio
la cabeza traspasó el agujero de la chimenea
el cuello encallado
los brazos saliendo por las ventanas
hasta que toda la casa se convirtió en mi vestido
lo llevé puesto durante semanas que fueron meses
durante meses que fueron años
Hay un brillo que me pertenece
cuando el sol da sobre los tejados
Un vacío tentador cuando se despide
tras las lomas
Los enanos rondan a mis pies
Me he convertido en un santuario
para la falsa esperanza de sus noches
Volver a mi tamaño es imposible
sin vaciar los recuerdos
anudada a una grandiosidad
dure lo que dure este exceso
mientras el sombrerero me ofrece
una diminuta taza de té
que nunca consigo beber
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